miércoles, mayo 19, 2010

El loco que era un obseso

Un obseso de la planificación, nada menos. En mi mente TODO tiene que estar planificado al detalle: a esta hora tienes que hacer esto, y este día tienes que hacer tales cosas. No puedo decir que la desorganización me de ataques de ansiedad, de hecho la improvisación es muy necesaria a veces. Pero incluso cuando improviso, empiezo a hacer planes dentro de la improvisación. Y planes dentro de los planes, dentro de los planes, dentro de los planes. No puedo evitarlo.
Por ejemplo, he aquí mi fin de semana: el viernes por la tarde estudiaré matemáticas y me iré tarde a la cama para, el sábado, día 22 -mi 18 cumpleaños dicho sea de paso-, levantarme no muy pronto y por la tarde estudiar matemáticas de nuevo. Lo suyo sería salir por la noche hasta las 7:00 como mucho. Desde la hora de llegada a casa hasta las 14:00, a dormir, y, a partir de las 17:00 debería hacer un trabajo de filosofía. Después me acostaré a las 22:30/23:00 para levantarme a las 6:00 y a partir de las 6:30 ver el último capítulo de Lost en la televisión, hasta las 9:00, hora en que me pondré a estudiar matemáticas hasta las 10:30 que me iré a hacer el examen de la citada asignatura.

Ciertamente complejo. Pero mi plan tiene un 90% de posibilidades de funcionar con resultados magníficos. Eso sí, no me hago responsable de los efectos secundarios tales como trastornos del sueño o de la memoria.

1 comentario:

  1. ¡Lo mismo me pasa a mí! Aunque el tiempo es un "invento" del hombre - o al menos la forma de medirlo -, yo necesito tenerlo siempre bajo control.
    Ánimo, que te queda un pasito más y ya todo acaba.
    Muchos besos!

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