miércoles, junio 23, 2010

El Vampire Slayer que era bachiller

Que venga aquí alguien a decirme a mí que la prueba de Selectividad lo que hace es elevar la media del bachillerato. Que venga, y le saludaré con una soga y un sable. Señores, gracias a Selectividad mi preciosa media ha bajado 0,31 puntos.
"Vaya, no es para tanto", pensarán algunos, "Pues sí que estás hoy quisquilloso", dirán otros, "Déjanos en paz y cállate", será la opinión extendida, pero no permito que un profesorzuelo de filosofía cualquiera, que se habrá sacado la carrera por la vía monetaria, y que por esa u otras vías de similar calaña se ha metido a corrector de Selectividad, me diga que mi examen era para un 8,5. Me escandaliza y me aterra. Mi cuasiperfecta -modestia aparte- exposición de la Teoría del Conocimiento platónica, mi interpretación de sus palabras acerca de la dialéctica y mi retrospectiva histórica sobre la influencia de Platón en el saber humano, construida con prosa precisa pero sencilla, merece algo más que un 8,5. Esa ha sido una estocada. Se me ha corregido a mala leche, estoy seguro, olvidando toda humildad en este punto.
En fin, la intensidad de mi pasajero enfado con el mundo es sólo comparable con la satisfacción que siento pro haber acabado el bachillerato y superado la PAU. Que baje ahora Dios del cielo y destruya el mundo si quiere, que yo ya estoy satisfecho. Por ahora. Y el año que viene, dejaré este asqueroso poblacho en el que habito, así que pienso despreciarlo todo lo que pueda en los tres meses que me quedan en él. Entre tanto, voy a disfrutar de la paz que brinda la libertad...

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