No todo lo que se ordena es arte ni el arte tiene que parecer caótico. Hay arte en el polo apolíneo y lo hay en lo dionisíaco. Pero la esencia de tal dicotomía es que son lo mismo. Caos y orden. Reposo y movimiento. Tormenta y quietud. Su existencia, su apariencia, dependen del punto de vista, del grosor de la lupa con que examines el mundo. Cuanto más lejos estás, menos cosas ves, y desde una posición cósmica, el caos y el orden son iguales.
Una bandada inmensa de pájaros que vuelan sobre nuestras cabezas parecen la más intensa expresión del caos, pero si alejamos el punto de vista, apreciamos cuál es el orden y el sentido de su vuelo, apreciamos formaciones, dirección, propósito.
Todo existe en la medida en que se procesa en nuestra mente desde la perspectiva en que se percibe.
Por eso hay arte en la música de Philip Glass y en la de Alex North. La del primero, es un orden exasperante, hasta tal punto que resuena caótico, la del segundo es esencialmente caótica hasta que llegas a experimentar su orden.
¿No es hermoso el mundo?
Caos ordenado
Orden caótico
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